"Gracias presidenta.
Deseamos felicitar a la Junta de Coordinadora del ONUSIDA por un largo día de discusiones muy importantes para un componente esencial en la respuesta al VIH: la reducción de daños.
Sin embargo, nosotros, el PACT, una coalición de 26 organizaciones de jóvenes y para jóvenes de todo el mundo, nos gustaría reflexionar sobre la falta de atención dedicada a las y los jóvenes que se inyectan drogas, en particular, las y los menores de edad que se inyectan drogas.
Como usted saben, lxs jóvenes de 10 a 24 años constituyen una cuarta parte de la población mundial, y se encuentran entre los más afectados por la epidemia mundial del VIH. En 2012, se estimó que 5,4 millones de personas de entre 10 y 24 años vivían con el VIH y un estimado de 39% de las nuevas infecciones en todo el mundo fueron entre jóvenes.
Si bien los gobiernos tienen la obligación legal de apoyar los derechos de los menores de 18 años a la vida, la salud y el desarrollo, las poblaciones clave se hacen más vulnerables a causa de las políticas y leyes que les degradan o criminalizan y a sus comportamientos, y por los sistemas de educación y salud que les ignoran o rechazan, y que no proporcionan información y tratamiento necesario para mantenerse a salvo.
Aunque la cobertura global de servicios de reducción de daños ha aumentado lentamente, hay una falta de servicios adaptados y accesible para lxs jóvenes, a pesar de las bajas edades de iniciación en el consumo de drogas intravenosas en muchos países y las importantes diferencias entre las personas más jóvenes y las menos jóvenes en la vulnerabilidad y el riesgo asociado a la inyección.
En consecuencia, presidenta, lxs jóvenes que se inyectan drogas tienen dificultades para obtener información, material de inyección estéril, tratamiento de la dependencia de drogas, incluyendo el tratamiento con metadona para la dependencia de opiáceos, y las pruebas del VIH, consejería y tratamiento.
Las restricciones o requisitos de autorización de padres o tutores también fomentan que los servicios sean menos accesibles.
Presidenta, de acuerdo a las consultas comunitarias entre jóvenes que se inyectan drogas llevadas a cabo en 14 países en el último año por Youth RISE - donde los consumidores jóvenes compartieron sus experiencias y plantearon sus dificultades para acceder a la reducción de daños - los programas de reducción de daños y tratamiento que existen en la actualidad con frecuencia no están diseñados para responder a las vulnerabilidades de lxs jóvenes que se inyectan drogas o los retos legales en el trabajo con menores de edad.
Estas vulnerabilidades requieren respuestas que pueden ir más allá de los programas de reducción de daños reconocidos como eficaces para los adultos.
Debido a esto, presidenta, queremos instar a los Estados miembro a reflexionar sobre la necesidad de:
- La eliminación de las restricciones arbitrarias de edad y los requisitos de consentimiento de padres que son claramente barreras para acceder a los programas de intercambio de jeringas y de sustitución de opiáceos para las y los adolescentes.
- La desagregación de datos por edad y sexo es un requisito clave para conocer nuestra epidemia y adecuar nuestros servicios de salud para lxs jóvenes, con perspectiva de género
- La involucración significativa de lxs jóvenes en el diseño, instrumentación y evaluación de todos los programas para jóvenes que consumen drogas.
Por último, presidenta, instamos a los Estados miembro a ayudarnos a construir ambientes confortables y sin prejuicios que expresen compasión por las y los jóvenes que consumen drogas.
Si bien este es un tema delicado para muchos, sinceramente esperamos que las experiencias vividas y las opiniones de lxs propios jóvenes puedan engendrar más conversaciones honestas sobre cómo abordar la realidad del consumo de drogas entre lxs adolescentes y lxs jóvenes."