
El 6 y 7 de febrero del año en curso se llevó a cabo la Consulta Regional para América Latina y el Caribe “Desafíos y logros en la aplicación de los Objetivos de Desarrollo del Milenio para las Mujeres y Niñas”, en la Ciudad de México.
Este evento convocado por el Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES), la Secretaría de Relaciones Exteriores y ONU Mujeres México, tuvo como principal objetivo adoptar una Declaración con las aportaciones y temas de especial interés para la región de América Latina y el Caribe (LAC), así como incorporar recomendaciones, prioridades y mensajes fundamentales que serán abordados durante el 58 periodo de sesiones de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW), a realizarse en marzo de 2014, en Nueva York. Los objetivos particulares se enfocaron en reflexionar sobre el avance, los logros y lecciones aprendidas en el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) para las mujeres y niñas de la región; en promover el diálogo y las alianzas alredor de los elementos clave para el logro de la igualdad de género y el empoderamiento de mujeres y niñas dentro de la agenda de desarrollo post-2015 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), así como en identificar los principales obstáculos que los gobiernos han enfrentado en la implementación de los ODM y sus estrategias para superarlos.
Además de la participación de las Ministras de la región, titulares de los Mecanismos de la Mujer en sus respectivos países, se contó con la asistencia de integrantes de diversas organizaciones de la sociedad civil, quienes también plantearon sus preocupaciones y propuestas para la conformación de la nueva agenda de desarrollo post-2015. En su pronunciamiento destacaron la importancia de avanzar hacia modelos de corresponsabilidad entre el Estado, el sector privado y las comunidades. De igual forma, exhortaron a instaurar mecanismos de participación, transparencia y rendición de cuentas para eliminar la corrupción, evitar la concentración de la riqueza y combatir la pobreza, la exclusión social y la discriminación. Bajo esa lógica, hicieron un llamado a transformar el paradigma del desarrollo y el crecimiento económico rapaz que merma el ejercicio de derechos de diversas poblaciones, y particularmente el de las mujeres y las niñas. Además, recomendaron retomar esfuerzos realizados en la región y plasmados en documentos como el Consenso de Montevideo (2013), el de Brasilia (2010) y el de Quito (2007).
En la Declaración que resultó de este proceso de consulta, las Ministras y Autoridades de Alto Nivel responsables de las políticas públicas a favor de los derechos humanos y el empoderamiento de las mujeres y las niñas de América Latina y el Caribe reconocieron la persistencia de las profundas desigualdades entre mujeres y hombres, así como la falta de indicadores que realmente visibilicen la situación que enfrentan las mujeres y las niñas de la región. Es así que reiteraron la necesidad de incorporar la igualdad de género como un enfoque transversal de la nueva agenda de desarrollo, de reconocer la multidimensionalidad de la perspectiva de género y su intersección con la raza, la etnia, la edad, la clase social, la migración y la condición de discapacidad en todas las políticas públicas. A su vez, destacaron que la nueva generación de metas que serán adoptadas debe ser transformativa y encarar los factores que limitan el desarrollo sostenible; deber ser universal y aplicable a todos los países, y estar basada en derechos incorporando la igualdad y los derechos de las mujeres. Finalmente, hacen un llamado para la adopción de un objetivo trasformador e integral, centrado en la igualdad sustantiva, que incorpore 3 dimensiones fundamentales:
1) Garantizar una vida libre de todas las formas de violencia y discriminación a mujeres y niñas.
2) Garantizar la igualad de género para promover el desarrollo de capacidades y distribución de recursos.
3) Igualdad de género en la toma de decisiones en todos los sectores (público, privado, y en el ámbito familiar).
Para Espolea, la participación en espacios como este resulta importante dado que los compromisos adquiridos por el Estado Mexicano en los procesos internacionales (regionales y globales) deben verse reflejados en la legislación y política nacional, estatal y local. En ese sentido, proporcionan insumos para el trabajo de incidencia política que realizamos desde nuestras tres agendas programáticas (VIH, Género y Política de Drogas). Finalmente, cabe mencionar observadora registrada ante la Organización de los Estados Americanos (OEA), Espolea da seguimiento a los eventos de este y otros organismos internacionales con los que la OEA realiza actividades conjuntas.
Descarga la declaración completa aquí.
Álbum fotográfico https://www.facebook.com/media/set/?set=a.10153816085730133.1073741883.222585805132&
Este evento convocado por el Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES), la Secretaría de Relaciones Exteriores y ONU Mujeres México, tuvo como principal objetivo adoptar una Declaración con las aportaciones y temas de especial interés para la región de América Latina y el Caribe (LAC), así como incorporar recomendaciones, prioridades y mensajes fundamentales que serán abordados durante el 58 periodo de sesiones de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW), a realizarse en marzo de 2014, en Nueva York. Los objetivos particulares se enfocaron en reflexionar sobre el avance, los logros y lecciones aprendidas en el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) para las mujeres y niñas de la región; en promover el diálogo y las alianzas alredor de los elementos clave para el logro de la igualdad de género y el empoderamiento de mujeres y niñas dentro de la agenda de desarrollo post-2015 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), así como en identificar los principales obstáculos que los gobiernos han enfrentado en la implementación de los ODM y sus estrategias para superarlos.
Además de la participación de las Ministras de la región, titulares de los Mecanismos de la Mujer en sus respectivos países, se contó con la asistencia de integrantes de diversas organizaciones de la sociedad civil, quienes también plantearon sus preocupaciones y propuestas para la conformación de la nueva agenda de desarrollo post-2015. En su pronunciamiento destacaron la importancia de avanzar hacia modelos de corresponsabilidad entre el Estado, el sector privado y las comunidades. De igual forma, exhortaron a instaurar mecanismos de participación, transparencia y rendición de cuentas para eliminar la corrupción, evitar la concentración de la riqueza y combatir la pobreza, la exclusión social y la discriminación. Bajo esa lógica, hicieron un llamado a transformar el paradigma del desarrollo y el crecimiento económico rapaz que merma el ejercicio de derechos de diversas poblaciones, y particularmente el de las mujeres y las niñas. Además, recomendaron retomar esfuerzos realizados en la región y plasmados en documentos como el Consenso de Montevideo (2013), el de Brasilia (2010) y el de Quito (2007).
En la Declaración que resultó de este proceso de consulta, las Ministras y Autoridades de Alto Nivel responsables de las políticas públicas a favor de los derechos humanos y el empoderamiento de las mujeres y las niñas de América Latina y el Caribe reconocieron la persistencia de las profundas desigualdades entre mujeres y hombres, así como la falta de indicadores que realmente visibilicen la situación que enfrentan las mujeres y las niñas de la región. Es así que reiteraron la necesidad de incorporar la igualdad de género como un enfoque transversal de la nueva agenda de desarrollo, de reconocer la multidimensionalidad de la perspectiva de género y su intersección con la raza, la etnia, la edad, la clase social, la migración y la condición de discapacidad en todas las políticas públicas. A su vez, destacaron que la nueva generación de metas que serán adoptadas debe ser transformativa y encarar los factores que limitan el desarrollo sostenible; deber ser universal y aplicable a todos los países, y estar basada en derechos incorporando la igualdad y los derechos de las mujeres. Finalmente, hacen un llamado para la adopción de un objetivo trasformador e integral, centrado en la igualdad sustantiva, que incorpore 3 dimensiones fundamentales:
1) Garantizar una vida libre de todas las formas de violencia y discriminación a mujeres y niñas.
2) Garantizar la igualad de género para promover el desarrollo de capacidades y distribución de recursos.
3) Igualdad de género en la toma de decisiones en todos los sectores (público, privado, y en el ámbito familiar).
Para Espolea, la participación en espacios como este resulta importante dado que los compromisos adquiridos por el Estado Mexicano en los procesos internacionales (regionales y globales) deben verse reflejados en la legislación y política nacional, estatal y local. En ese sentido, proporcionan insumos para el trabajo de incidencia política que realizamos desde nuestras tres agendas programáticas (VIH, Género y Política de Drogas). Finalmente, cabe mencionar observadora registrada ante la Organización de los Estados Americanos (OEA), Espolea da seguimiento a los eventos de este y otros organismos internacionales con los que la OEA realiza actividades conjuntas.
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