
La semana pasada The Lancet publicó: “Derrotando el Sida, avanzando en la salud mundial”
El artículo es de muchas formas un documento de abogacía -- presenta el argumento de que nuevas inversiones y nuevas formas de abordar el Sida se necesitan con urgencia. Un status quo en la respuesta conducirá al resurgimiento de la epidemia. A la inversa, una respuesta más equitativa, fundada en los derechos humanos, podría reducir la incidencia y mortalidad por el VIH.
Desde una perspectiva de movilización comunitaria el artículo logra presentar algunos puntos importantes. Es un argumento contundente para el activismo -– y para la abogacía con fondos. Señala muchos de los éxitos del activismo en torno al Sida, incluyendo la reducción de los precios de los medicamentos antirretrovirales, la mejora de las políticas comerciales y la “creación de incentivos para los políticos que toman decisiones difíciles y arriesgadas”.
- La financiación para la abogacía es fundamental: “El activismo constituye un bien público global, que merece inversión proporcional con el papel que desempeña en la mejora de los resultados en salud”.
- Y así, es un entorno que permite que la abogacía florezca: “... los gobiernos y las organizaciones internacionales deben de crear las condiciones para el activismo – incluyendo inversiones directas, medios de comunicación libres y abiertos, protección de la libertad de expresión y de reunión para plantear verdades incómodas – esté relacionado con pandemias emergentes o cuestiones de salud ambiental”.
El artículo llama por mayor involucramiento de la sociedad civil y de personas que viven con el VIH en la toma de decisiones y por asociaciones amplias con las comunidades en la prestación de servicios. Cita intervenciones exitosas de movilización comunitaria. Se establece la necesidad de llegar a los hombres homosexuales y otros hombres que tienen sexo con hombres, trabajador*s sexuales, personas que se inyectan drogas, personas transgénero, mujeres jóvenes y niñas y otras personas con servicios efectivos y enfoques para promover los derechos humanos y reducir el estigma y la discriminación.
Al tiempo que presionamos por mayor inversión en la respuesta de la sociedad civil y en la abogacía, la nueva pieza de The Lancet puede ser un acierto: “La respuesta al Sida ha logrado una gran progreso cuando se han interrumpido, rechazado, o reemplazado modelos que se interponían en el camino del acceso al tratamiento y la prevención”