
Durante las primeras sesiones, tuve la impresión que los oradores se enfocaban más en hablar sobre lo buena que es esta universidad y lo bien preparadas que salen las mujeres de allí. No me lo tomen a mal, respeto mucho a la universidad pero no entendí el enaltecimiento de ello cuando hablábamos de la importancia de proveer todos los servicios y todos los derechos a las mujeres sin distinción. Por un momento sentí que se enfocaban en un tipo de mujer privilegiada, aquélla que tuvo la oportunidad de acceder a los servicios de salud y educación privados.