
La definición de la OMS agrega al respecto, que proporciona alivio del dolor y otros síntomas penosos; afirma la vida y considera a la muerte como un proceso natural; no se propone ni adelantar ni retrasar la muerte; integra los aspectos psicológico y espiritual de la atención al paciente; ofrece apoyo para que los pacientes vivan lo más activamente hasta su muerte; ofrece apoyo a los familiares durante la enfermedad del paciente y ante su pérdida.