
Organizada por el Colectivo para una Política Integral hacia las Drogas (México) e Intercambios, Asociación Civil para el Estudio y Atención de Problemas Relacionados con las Drogas (Argentina), la tan esperada conferencia se erige como un espacio de debate único a través del cual analizar los retos y oportunidades de la región para hacer frente a los desafíos planteados por el tema drogas.
Hoy, alrededor de las 10 de la mañana, las actividades de la conferencia arrancaron con una sesión inaugural en la que participaron Jorge Hernández Tinajero de CuPIHD, Graciela Touzé de Intercambios A.C., Philliipe Lamy representante en México de la Organización Panamericana de la Salud, Carlos Tena Tamayo Comisionado Nacional contra las Adicciones de México y César Núñez de la oficina regional de ONUSIDA en Panamá. Ahí, se tocaron temas diversos entre los que destaca la necesidad de abandonar los falsos debates alrededor de las drogas para discutir, definir e instrumentar verdaderas opciones que permitan garantizar la vida de nuestrxs ciudadanxs y el bienestar de nuestras comunidades.
En particular, Jorge Hernández Tinajero reiteró que lxs aquí presentes NO pedimos MENOS sino MEJORES sistemas de control y políticas, que respeten los Derechos Humanos, reconozcan los límites estatales frente a las decisiones individuales y protejan especialmente a las y los jóvenes.
Por su parte, César Núñez de Onusida Latinoamérica, reconoció la importancia de hablar del uso de drogas como un factor de riesgo para la transmisión del VIH y la necesidad de ligar la respuesta global al virus con los esfuerzos internacionales y regionales por mejorar las políticas de drogas. ¿La justificación? Simple, pues en el mundo existen alrededor de 3 millones de usuarios de drogas inyectadas que viven con VIH mientras que 13 millones más corren el riesgo de infectarse.
Phillipe Lamy, de OPS/OMS, se dirigió a los asistentes para enfatizar la importancia de hablar de drogas desde una perspectiva de salud pública en tanto que su uso representa un factor importante de morbilidad. En la región, dijo, cerca de 200 mil personas mueren anualmente por padecimientos y factores de riesgo asociados al consumo de drogas, incrementando las posibilidades de adquirir hepatitis, VIH, tuberculosis y desarrollar trastornos mentales, conductas violentas y/o suicidas. Lamy abordó también el costo económico de la morbi-mortalidad de las drogas asegurando que el costo sanitario y la pérdida de productividad por defunción, discapacidad y abandono del trabajo ejercen una carga económica importante para los Estados.
Carlos Tena Tamayo del CONADIC, aseguró que el gobierno mexicano ha duplicado la inversión en salud para la reducción de la demanda de drogas y el tratamiento de las adicciones. Dijo que la prioridad de las autoridades federales es detener el crecimiento en el consumo de drogas ilegales para revertir la tendencia a la alza en el uso y abuso de drogas como marihuana, cocaína, crack e inhalables, sobre todo entre la población juvenil y femenina. El Comisionado aseguró también que se realizan acciones para reducir los niveles de consumo de drogas legales como el tabaco y el alcohol.
Finalmente, Graciela Touzé mencionó que la conferencia está organizada alrededor de siete ejes estratégicos en los que se abordarán temas tan relevantes como las consecuencias de la guerra contra las drogas; la posición de los organismos internacionales y su disposición a aceptar soluciones alternativas; las identidades y cosmogonías de la región y el uso de drogas; la relación entre drogas ilícitas y violencia; la correlación entre drogas, seguridad y DH; las respuestas socio-sanitarias; y el papel de la región latinoamericana en el contexto internacional.
Espolea celebra la materialización de este esfuerzo colectivo y agradece a las organizaciones socias de la conferencia el interés y arduo trabajo para traernos a todxs hasta aquí. Estamos segurxs que este foro nos permitirá hablar claro sobre drogas y agilizar el debate sobre una realidad que nos afecta a todxs y nos obliga a cuestionar la validez de los paradigmas sobre los que se sustentan las políticas actuales.
En el contexto de una guerra fallida sabemos que el sistema actual no da para más; que no existen soluciones únicas y que las drogas no desaparecerán. Sin embargo, sabemos también que esta realidad no puede ignorarse más.
¡Es el momento del cambio!