
LONDRES - En los próximos días y semanas, los críticos tratarán de minimizar lo que los votantes en EE.UU. de los estados de Colorado y Washington lograron al apoyar los referendos que permiten la legalización y la regulación de la marihuana. Es probable que produzcan burlas y chistes editoriales sobre un “golpe de Estado legislativo” de "hippies" realizando celebraciones de victoria con olor a pachulí. Ellxs tendrán la tentación de reducir la historia a ocurrencias sobre el hedonismo y la decadencia en los estados montañeses y libre-pensadores de los Estados Unidos. Pero estas reacciones estarán equivocadas.
De hecho, la desastrosa preocupación de Estados Unidos en torno a la prohibición de la marihuana es más que una historia de una sustancia relativamente inofensiva siendo enviada al exilio legislativo. Más bien, es parte de la historia más amplia de la equivocada "guerra contra las drogas" del país, lo que ha dado como resultado el encarcelamiento de más de dos millones de personas en cualquier momento dado. Es una historia de legisladorxs marcando permanentemente a jóvenes con antecedentes penales por acciones que ellxs pueden haber llevado a cabo en su juventud - pero sin ser descubiertxs.
Al respaldar las iniciativas que regulan la venta y el uso de la marihuana, los votantes de Colorado y Washington no votaron imprudentemente. Por el contrario, hicieron algo contemplativo, incluso valiente. La prohibición está incrustada tan profundamente en la psique norteamericana -y la de otros países afectados por el uso y el tráfico de drogas ilícitas- que la reforma de política de drogas no ha empezado en muchos entornos. Después de todo, la prohibición no sólo se rige por los estados y municipios, sino que está consagrada en la federación de los EE.UU, e incluso en la legislación internacional. Cómo Colorado y Washington equilibren sus responsabilidades locales con dichas leyes se debatirá acaloradamente en los próximos meses.
De hecho, la aprobación de estos referendos impulsará debates sobre las políticas de drogas en todo el mundo. Los gobiernos de tres países latinoamericanos -Colombia, México y Guatemala- han pedido a las Naciones Unidas abrir un debate sobre los tratados de fiscalización de drogas. Y la Organización de los Estados Americanos ha llevado a cabo un proceso de planificación de escenarios para considerar los costos y beneficios relativos de todos los enfoques de política.
Además, las propuestas para despenalizar o regular ciertas drogas se están presentando rutinariamente en todo el mundo. La regulación de la marihuana ya está siendo examinada en Uruguay, mientras que las diversas formas de despenalización que se han introducido en Europa han tenido un éxito rotundo.
Por ejemplo, desde que Portugal abolió todas las sanciones penales por el uso de drogas en 2001, el consumo de drogas no ha explotado, como algunos predijeron, e incluso ha disminuido entre algunos grupos. Por otra parte, el VIH / SIDA entre lxs consumidorxs de drogas intravenosas cayó de 52% de todos los nuevos casos en 2000 a 16% en 2009.
Dado que los EE.UU. son los mayores promotores de la "Guerra contra las Drogas" internacional, la decisión de los votantes de Colorado y Washington es particularmente audaz. Regular la marihuana - y las iniciativas que podrían seguir pronto - tiene el potencial de reducir la violencia en el país y en el extranjero, evitarle a lxs jóvenes de inmerecidos antecedentes penales, y reducir el estigma entre las personas vulnerables. Lxs ciudadanxs de estos Estados deben estar orgullosxs.
Lee el artículo original aquí: http://www.project-syndicate.org/commentary/legalizing-marijuana-in-washington-and-colorado-by-kasia-malinowska-sempruch#66zLE6E6zl8Idtwp.99
(Ilustración de Paul Lachine)